viernes, 2 de diciembre de 2016

Sergio Barreto: «Creo que el intelectual y el artista deben reflexionar sobre la violencia».

Sergio Barreto, tinerfeño, 32 años, es uno de los escritores canarios más prometedores. De formación autodidacta, su nombre empezó a cobrar notoriedad con la publicación de su primer poemario, Los centinelas (2010), uno de los títulos más relevantes que han aparecido en la colección Vid de Ediciones Idea. Poco después obtuvo, por unanimidad, el Premio de Poesía Emeterio Gutiérrez Albelo por un poemario que, a día de hoy, sigue inédito, El libro del observatorio. El año pasado ganó –de nuevo por unanimidad del jurado– el Premio de Novela Benito Pérez Armas con Vs., título que acaba de publicar Salto de Página y que fue presentado el pasado 10 de noviembre en el Espacio Cultural de CajaCanarias. Además de la poesía y la novela, Sergio Barreto ha cultivado el relato, el aforismo, la crítica literaria y el artículo periodístico. También se dedica al dibujo, la fotografía y la escultura.

-Se ha destacado mucho la presencia de la violencia en Vs.: ¿piensa que esa presencia de la violencia es la característica principal que define al libro o, por el contrario, que poner el foco sobre ella es pasar por alto otros elementos?

Cubierta de Vs.
Considero que la violencia es un fenómeno que debe contemplarse desde múltiples estratos, desde el científico hasta el artístico, pasando por el plano de la filosofía. Confrontar ese fenómeno desde la óptica moral o ética, desde la posición de la víctima o del sujeto agresor, sí es una manera de superficialidad que nos lleva a una actitud de repulsión y distanciamiento totalmente comprensible, claro está, desde el ámbito experiencial. No obstante, creo que el intelectual y el artista deben reflexionar sobre la violencia e, incluso, arrogarse ese acto dentro de los márgenes de la ficción, ya que ésta sirve también como vertedero, no sólo como recipiente de lo bello. Así pues, quedarse en la violencia de Vs. no tiene por qué ser síntoma de una mirada superficial. La reacción visceral que suscita el impacto del lenguaje es un asunto de profundidad que, además, atañe a múltiples disciplinas, así que, con respecto a la pregunta, creo que habría que observar qué perspectiva de la violencia deposita cada cual sobre la interpretación de la obra para entender en qué plano, en qué estrato, se mantiene cada lectura.

-En Vs. Se perciben sin dificultad influencias de lo más heterogéneo, que van desde el tremendismo de Cela a los escenarios post-apocalípticos de Cormac McCarthy, sin olvidar el realismo poético de Rulfo o el desenfado posmoderno de Tarantino. ¿Fue consciente de dichas influencias durante el proceso de redacción de la novela, es decir, la escribió bajo el condicionamiento de las mismas, o no las ha percibido –si es que las ha percibido– hasta su finalización?

El rastro de las influencias ha sido un quebradero de cabeza para muchos creadores que, en la búsqueda de su propio cauce de expresión, inician su trayectoria mimetizando a un autor que consideran cardinal. Luego esos autores se multiplican, o deben multiplicarse, hasta conformar un horizonte de voces que irán confundiéndose entre sí hasta quedar, unas, apagadas, y otras, pervertidas por la personalidad de la escritura. Mi modo de entender la literatura siempre ha sido anárquico, consciente de que existe un abanico inabordable de autores y maestros al cual me acerco impelido por ramilletes de inquietudes pertenecientes a la pasión. Supongo que este procedimiento repercutirá a la hora de afrontar mi labor creativa, traduciéndose en un cóctel de personalidades literarias que mi estilo, todavía, no ha sido capaz de interiorizar, aunque confieso que me siento cómodo planteando guiños de alusión, así como referencias más o menos explícitas a la realidad cultural que me fascina o me ha fascinado, desde el grupo The Doors hasta Rulfo, pasando por la pornografía, el género pulp, Ambrose Bierce o la poesía metafísica inglesa.

Sergio Barreto
-Ha declarado que su labor como poeta ha sido determinante a la hora de construir el elaborado y preciso paisaje donde se desarrolla la acción de Vs., que desde el principio su intención era convertir al paisaje en un protagonista más de la historia, objetivo que ha logrado gracias a su formación poética. Me gustaría que profundizara un poco en esta manifestación suya.

La poesía es una disciplina que permite, tanto al que la escribe como al que la lee, ser presa de un hechizo en el que las palabras adquieren un sentido que se encuentra en otro plano, y no sólo en el meramente terminológico, ni por encima ni por debajo, sino en otro eje. Gracias a ese giro que articula el lenguaje poético, las imágenes que ahí se gestan poseen un ritmo diferente, tocadas por una plasticidad que amplía la magnitud de información de la obra. Me vienen a la cabeza grandes escritores que llevaron lo poético a otros géneros: Francisco Umbral en Mortal y rosa, Henry Miller en sus variopintos Trópicos, Juan Marsé, Mishima... Considero, por tanto, que la huella de la poesía potencia el rosario de imágenes atroces que se suceden el Vs., planteando un ritmo y una plasticidad a caballo entre la aspereza de un lenguaje rudimentario y bronco y la inquietud atmosférica de lo onírico y alucinado, siendo ese lugar limítrofe del lenguaje el que es explorado como metáfora a lo largo de la novela: un desierto apabullante poblado por seres humanos que han sido devorados por ese entorno, incapaces de reconocerse los unos a los otros sin que emerja la violencia.

-Por último, ¿qué le diría a los lectores para que se aproximen a las páginas de Vs.?

Pues a esa pregunta responderé con otra: ¿te atreves a mirar?

Benito Romero

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